jueves, 8 de mayo de 2008

De lectores anónimos

Hoy me enteré de una persona que sin conocerme y sin saber de la existencia del libro lo encontró en la Feria, así como vos y yo le damos oportunidades a un ejemplar desconocido, lo miramos, lo hojeamos, lo llevamos a casa, a ser parte de nuestra vida. Sin prejuicios, sin expectativas. Sólo esa relación pura, limpia, íntima que se da entre el libro y el lector.
La frutilla del postre no es que se encontraron, sinó que además le gustó.
Es amigo de un amigo (sino no me hubiera enterado). Que pequeño que es el mundo. Saber esto me alegró el día.
Espero que en algún momento, lectores conocidos y anónimos, tengan ganas de dejar comentarios en este blog y contarme su experiencia. Sería una recompensa impensada.

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